Scroll

Lo digital nos remite a imágenes sin cuerpo, capaces de distribuirse en un scroll infinito, donde fotos, eventos, comentarios, noticias y anuncios se nos presentan de forma algorítmica personalizada, con una descarga que se anticipa a nuestro deseo y se detiene fruto de nuestro propio abandono, seguramente por aburrimiento. Las pantallas pulidas, reflectantes y sin dobleces, aparecen como metáforas estéticas de esa descorporeización, del vacío interior y del fomo que generan las lógicas de consumo sin fin de la contínua actualización del feed y los likes. 

Scroll se presenta en esta ocasión como una invitación a explorar el espacio que se sitúa entre la aparentemente inocente tecnofilia y las oscuras distopías de la tecnofobia. Una ruptura con el pensamiento binario, que categoriza la realidad de manera dual, opuesta y jerarquizada. Una reivindicación de las prácticas artísticas como lugar de experimentación radical para re-imaginar la verticalidad infinita del scroll y explorar estructuras que se relacionan de manera rizomática, a través de cuerpos que requieren de otros cuerpos conectados por redes de cuidado mútuo. 

Recordamos a lxs tecnoutopistas de los años setenta, que empapadxs en LSD y ahumadxs de THC, soñaron (con) y crearon redes autónomas y horizontales concibiendo la tecnología como un aliado de lo común y de la contracultura. Una idea que los xenofeminismos han recogido y conectado con el movimiento transgénero, por ser ambos capaces de utilizar herramientas tecnológicas en su beneficio desde la perspectiva de la autogestión.

Aprendemos de la ciencia ficción feminista y los afrofuturismos y su capacidad de plantear hipótesis desde la persepctiva de género, clase y raza; de proyectar espacios de metamorfosis y transmutación; de proponer historias (stories) capaces de la cambiar la historia (history); de situarnos en un lugar propositivo de revuelta, insurrección y amenaza a la persistencia del sistema. Conectamos con Donna Haraway y su propuesta de uso de las fabulaciones como herramientas para pensar de manera situada la racionalidad, el progreso y lo universal; para reimaginar un presente frente a las amenazas del cambio climático, la aniquilación de especies y las nuevas formas de feudalismo.

Acudimos también al feminismo posthumanista, al ciberfeminismo y al ecofeminismo anticapitalista y antirracista, a esas formas de repensar los cuerpos humanos, no-humanos y los más-que-humanos, reconociendo el legado del pensamiento indígena y la lucha decolonial desde una práctica que se afirma inseparable de la atención a las cuestiones ecosociales.

Creemos en la capacidad del arte de encontrar las grietas del sistema, de adentrarse en ellas y ocuparlas, de aprovechar los errores del apparatus para generar nuevas reglas del juego, para retomar el espacio digital a través de los glitches, para reivindicar el uso de lo tecnológico como emancipatorio.

Vista Oral